Muñeca harukoma: un tipo de muñeca
diseñada como juguete para niños. El niño tira de las riendas, y el caballo
mueve la cabeza de un lado a otro; la muñeca corre en círculos, como si
estuviera cabalgando, para disfrute del niño.
Imágenes: Kodera Kei, vía https://www.nippon.com/es/views/b00907/
Los karakuri-ningyō (からくり人形). La palabra karakuri se refiere a
un dispositivo mecánico que toma a una persona por sorpresa. Implica una magia
escondida o un elemento de misterio, y hace referencia a marionetas, muñecos o
efigies.
Todos esos mecanismos
(muñecas y relojes japoneses, por ejemplo) fueron una derivación de los relojes
que empezaron a entrar en Japón a finales del periodo Muromachi (mediados del
siglo XVI), junto con los fusiles y otras armas. Dado que el Japón del periodo
Edo seguía una política aislacionista, la creatividad y originalidad se
acumularon en el interior del país, y el desarrollo de esta tecnología se
convirtió en algo único de Japón.
En el siglo XVII el relojero Takeda Kiyofusa
construyó la primera muñeca chahakobi,
y tras ella se elaboraron varios tipos de muñecos mecánicos, pero la verdadera
técnica era un secreto que se transmitía de maestro a discípulo. Hosokawa
Hanzō, conocido como Karakuri
Hanzō (Hanzō mecánico), publicó un libro llamado Karakuri zui (recopilación
de artes mecánicas ilustradas) en 1796, revelando ese secreto al público. Era
el primer libro de ingeniería mecánica que se publicaba en Japón.[1]
Los karakuri utilizan
movimientos abstractos para invocar un sentimiento o emoción, y se les
clasifica en tres tipos diferentes: los butai
karakuri, que
son marionetas utilizadas en el teatro; los zashiki
karakuri, que son de dimensiones pequeñas y que pueden
ejecutarse dentro de una habitación; y los dashi
karakuri, que se utilizan en festivales religiosos.
Tradicionalmente los karakuri aparecían
en festivales y representaban mitos religiosos y leyendas.
La
tradición de los karakuri de
esconder la tecnología se extendió al uso de marionetas y la robótica,
y continúa manifestándose en la cultura popular. Los karakuri influenciarion
al teatro noh, al kabuki y al bunraku y
directamente contribuyó a la modernización de Japón. Durante el periodo Edo, en el que Japón estuvo aislado del resto
del mundo, la cultura japonesa floreció. A pesar del aislamiento, Japón
continuó tecnificándose adaptando mecanismos del karakuri a
necesidades de la sociedad. La historia de estas marionetas es precedente a
aproximaciones modernas del desarrollo de robots
antropomorfos.[2]
Teniendo como antecedentes las
tecnologías y los conocimientos mecánicos para la creación de autómatas, el
paso hacia la producción de autómatas robotizados no resulta disonante o
dramático, más bien se trata de llevar la tradición a un segundo nivel,
incorporando los adelantos tecnológicos disponibles.
Pasar de la construcción de
engranes de madera a metal en ningún caso significa una ruptura cultural, ajena
a toda tradición de conocimiento y saberes, más bien es la actualización de lo ya
sabido pero actualizado.
A su vez, los conocimientos
necesarios para el desarrollo de los karakuri provienen de la experiencia en el
desarrollo tecnológico de la relojería en el Japón.
Los relojes mecánicos fueron
introducidos en Japón por misioneros jesuitas o comerciantes holandeses en el
siglo XVI.
E período aislacionista de
Japón (1641), los fabricantes de relojes japoneses se vieron obligados de prescindir
de los elementos europeos en los relojes y tuvieron la suficiente habilidad
para encontrar la forma de suplir de implementos importados en la fabricación
de sus relojes. Además, los fabricantes
japoneses fueron realmente innovadores al adaptar los estándares de uso horario
occidental al uso fraccionado del tiempo del Japón de ese entonces.
En suma, en la experiencia
de los muñecos Karakuri vemos como una seguidilla de intercambios político-comerciales
permitió la transferencia de tecnologías
entre occidente y Japón. Pero lo más gravitante en este punto resulta ser que
los artesanos nipones poseían el suficiente conocimiento y capacidad de
realizar (Know How), como para tomar estas nuevas tecnologías, desmenuzarlas,
adaptarlas y producirlas.
De las muñecas Karakuri al
robot había solo un salto tecnológico que el tiempo resolvió a favor del desarrollo
de estas tecnologías.
[1] Satō
Narumi (2012). Muñecas mecánicas “karakuri”, La relación entre los japoneses y
los robots
VidaTecnologíaCultura.Publicado el09.07.2012.
Disponible en: https://www.nippon.com/es/views/b00907/
[2] Karakuri-ningyō,
los autómatas japonesesRodrigo 19 junio, 2013
Disponible en:
https://conoce-japon.com/cultura-2/karakuri-ningyo-los-automatas-japoneses/
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